Aproveche alguna de sus vacaciones, y cargue por enesima vez ese pesado paquete que es la cámara de fotos. Saque las fotos necesarias para satisfacer a sus familiares y amigos en la primer reunión despues del viaje. Al regresar, antes de pasar por el inexplicable ritual de tener que mostrar las fotos del viaje, revelelas, lleve las ampliaciones a su habitación, prenda todas las luces y saquele fotos a las fotos, una por una, respetando el encuadre original, y cada tanto cuele alguna foto de una revista de algún lugar parecido. Cuando llegue el día , mientras habla, deje que se arme la rueda de miradores de fotos (esos que dicen “estas ya las vi” y agarran otro pilon) y entregue las reproducciones que realizo en su cuarto (es mas, las originales ¡¡tírelas!!).
Espere. Si en algún momento, en medio de todos los comentarios esperables, alguien, al ver alguna de las reproducciónes de la revista, pregunta “...¿y esta, donde es?...”, respondale la verdad: “En mi habitación” y quedese mirandolo/a fijo, sin dar mas explicaciones. Deje que la reunión termine.Mientras lava las cosas y recoje alguna vajilla rota, cuestionese seriamente cargar su pesada cámara de fotos en las próximas vacaciones, y saque algunas conclusiones.
Espere. Si en algún momento, en medio de todos los comentarios esperables, alguien, al ver alguna de las reproducciónes de la revista, pregunta “...¿y esta, donde es?...”, respondale la verdad: “En mi habitación” y quedese mirandolo/a fijo, sin dar mas explicaciones. Deje que la reunión termine.Mientras lava las cosas y recoje alguna vajilla rota, cuestionese seriamente cargar su pesada cámara de fotos en las próximas vacaciones, y saque algunas conclusiones.
